Entré al cuarto de baño de su casa nueva, y vi la clásica caja de condones que mi madre siempre compra y deja junto a las compresas. Se ha trasladado a vivir a Ceuta, hace apenas un mes, así que abrí la caja de condones pensando que si faltaba alguno mi madre era una jodida crack, porque antes de mudarse no conocía a nadie en su nueva ciudad.
Por suerte no faltaba ninguno, y digo por suerte, porque la idea de que mi madre consiga follar en una ciudad como Ceuta en apenas un mes, y que yo en Madrid esté a dos velas, es un poco frustrante.
Estos días en Ceuta con mi hermana y mi madre he pensado mucho en mi madre, en mi familia, en mis hermanas y en mí en general.
Mi madre estaba deseando que viéramos su casa y enseñarnos su nueva vida. La verdad es que se lo monta de puta madre.
Me he dado cuenta de que me parezco a ella más de lo que creía en cuanto a estilo de vida. Me gusta la vida que tiene mi madre, y no es muy diferente a la que espero para mí a su edad.
Tiene 52 años, un trabajo que le gusta pero no le absorve, una vida sencilla pero llena de amigos, de risas, de cervezas, de conversaciones hasta las mil, de intereses.
Mi madre es el ejemplo de que se puede vivir con poco dinero, y de que la vida es muy larga, y no se trata de hacerlo todo mientras se es joven, para de mayor concentrarte en trabajar, procrear y ganar mucho dinero y de viejo contemplar tus posesiones y tu familia.
La vida es mucho más amplia que todo eso, y cuando miro a mi madre sentada en la playa, pensando en sus cosas, feliz de vivir en una ciudad que no conoce y sin miedo a estar sola, lo veo claramente. Veo todas las posibilidades de la vida en su espíritu sencillo e independiente.
Una compañera suya del trabajo le preguntaba atónita por qué se ha venido a vivir a Ceuta, esperando un motivo de peso, más bien un motivo familiar o algo relacionado con un hombre...no pudiendose creer que existan más cosas en la vida para una mujer que pasa los 50 ya.
Mi madre, con su habitual sonrisa le contestó.
-Pues mira, porque me ha dado la gana, así de fácil, es que no hay otra razón.
Así que digo, viva mi madre!, y la felicito por habernos dado a mi hermana y a mí otro modelo de mujer y de madre. Por enseñarnos a ser felices a pesar de los contratiempos, por contagiarnos su sonrisa, por enseñarnos a ilusionarnos por las cosas pequeñas y sencillas, precisamente porque mi madre siempre ha sido experta en ver la magia de las cosas más cotidianas. Y en general, viva mi madre por su forma de vivir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Ya te he mensajeado al imail XDD.
quiero que me presentes a mi futura suegra XDDD
jajajaja...todo a su tiempo, que mi madre tiene su morbo y me quita protagonismo :P
voy a leer el mail, aaaayyyy...
Publicar un comentario