domingo, 27 de diciembre de 2009

The others

Ayer mi madre me preguntó si le podía conseguir alguna pastilla para nochevieja. Estábamos Jac, ella y yo fumando marihuana en el salón de mi casa. Jac le contó a mi madre que no termina la carrera este año porque no tenía dinero para matricularse de todo lo que le queda. Yo, para cambiar de tema, le dije a mi madre que una vez me dijo que las pastillas le sentaban muy mal, que no le gustaban. Mi madre me puntualizó que un cuartico de pastilla de vez en cuando le sienta de maravilla.

Después tuve una cena con mis amigas de toda la vida, que yo hacía mil años que no veía. Están todas viviendo con sus novios, con sus carreras terminadas y sus vidas de personas adultas, todas menos Deborah. Ella y yo, ya apuntábamos maneras en el instituto.

-Oye Deborah, consígueme pastillas para nochevieja, pero que estén buenas, vale?...
-Vale tía, no te preocupes, que están to buenas las que tengo ahora...te van a encantar.
-No, si no son para mí.
-¿Para quién son?
-Para mi madre.

En ese momento, Lolaila, dijo que tenía una cosa que decir...que se casaba. Un segundo antes de que todas nos pusiéramos a gritar y a darle la enhorabuena...Deborah y yo nos miramos sosteniendo con nuestros ojos el dilema sobre el que siempre hemos andado como un funambulista, que a veces cae hacia un lado, y otras veces hacia el otro: ¿realmente vivimos como queremos o estamos un poco perdidas?

viernes, 25 de diciembre de 2009

Quién juega con fuego, se acaba cargando el mechero

Estoy en mi hogar materno, en la ciudad de la que provengo, viendo un DVD de los Doors, fumando marihuna y disfrutando por primera vez desde hace mucho tiempo de una tarde para mí.
Tina ha acaparado todo mi tiempo últimamente, todo ha ido tan rápido que no me ha dado tiempo a decirle: Ey!Que yo sólo quiero pasarmelo bien!

Tina es muy peculiar, lleva en el bolso Tranquimazin, Lexatil y un antidepresivo más que no recuerdo cómo se llama. Nunca se los toma, pero los lleva en el bolso y le encanta darles vueltas. El otro día hice una fiesta en mi casa, y un amigo mío le pidió un papel. Entonces a Tina se le hinchó el pecho y comenzó con su número: Estira la espalda y clava los tacones en el suelo, comienza a andar como si acabara de ganar Operación Triunfo, coge su bolso, lo trae, lo abre, saca las cajas de las pastillas, aparta la botella de wishky que ella misma ha traido y las pone encima de la mesa. Entonces, empieza a revolver en su bolso hasta encontrar el papel.
Debe ser que de las cienmil cosas que lleva dentro, lo único que le molesta para buscar el papel son los Tranquimazines.
Mi amigo después me dijo: Joer tía, es que si no son personajas, no te gustan. ¿Está mezclando todas esas pastillas con alcohol?.

Lo que más me gusta de ella es que en ella confluyen una persona muy mayor y otra muy pequeña, que sepa abrir coches y que por ello haya estado detenida, y que ande calentándome todo el día.
Lo que menos me gusta, es que creo que estamos en momentos diferentes. Yo no puedo sentirme de nadie, y ella está deseando sentirse de alguien.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Prood Mary

Estoy en mi casa nueva, muerta del sueño y con tanto que escribir que no sé ni por dónde empezar. Noviembre ha sido un mes rarísimo y sorprendente. Desde que empezó, mi vida se ha ido sumiento en un caos maravilloso y desesperante a partes iguales.
Diciembre era el mes que iba a dedicar a encontrar un poco de paz, pero empezó metiéndome en la cama con Tina. Desde entonces han pasado tantas cosas que me es imposible escribir.
Así que esto va a ser un post de mierda simplemente para empezar a actualizar otra vez.