martes, 10 de noviembre de 2009

Tina, la amiga de Al, que vino un día a casa a dormir y nunca se fué.

Habla sin parar, habla muchísimo, de las cosas que le pasan, de los tíos a los que se folla, de las tías que le parecen unas putas, de la madre cocainómana con la que comparte piso cuyo hijo cuida ella, de las sagas románticas de vampiros que lee y de porros.
A mí me divierte escucharla, me parece tierna. Yo creo que ella no entiende muy bien por qué la escuho. Somos muy diferentes, tanto que creo que en el fondo, fondo, ni siquiera nos entendemos cuando hablamos. Sin embargo me conmueve, me gusta la tristeza que hay en el fondo de sus ojos, que se puede ver hasta en las fotos, y aprecio mucho su inteligencia, la que hay detrás de las burradas que dice, la que le ha hecho que no sea ahora ella una madre cocainómana.
Ella se lo ha solucionado todo siempre sola, se ha educado sola. Sus principios y sus ideas sobre las cosas son autodidactas, por lo tanto innamovibles. Su moral es su familia, lo único que tiene y lo único que le ha demostrado que no le falla. Así que intentar hacer ver a Tina otra cosa de lo que ella ve, es prácticamente imposible.
El sábado por la noche llegué a casa a las 3 de la mañana y me la encontré vestida y dormida, tirada de cualquier manera en el sofá de mi casa. Al estaba dormido también en el otro sofá. Tina se despierta, se levanta de un salto y me pone su sonrisa. Me doy cuenta de que lleva sus botas de cuero negro por encima de la rodilla, que son nuevas y un vestido rojo que no le había visto nunca. Le digo:

- Joder, qué guapa vas, ¿no?¿A dónde ibas?
- A tu cumpleaños, imbécil -me dice.

Me habían preparado una fiesta sorpresa, pero a Al se le había olvidado decirme algo para que estuviera en casa. Tina estaba muy enfadada con él. Se había puesto guapa, me había traido un regalo, y muchos litros de cerveza. Quería que nos emborrachásemos los tres en casa para celebrar mi cumpleaños. Le digo que no se lo tenga en cuenta, que Al vive en su mundo. Lo miramos, con el perro en un brazo, en la mano un porro a medio hacer apunto de carse, y dormido como un tronco.

Tina me dió los regalos, entre ellos había una nota suya, que terminaba diciendo "De tu no-compi de piso que te quiere mucho".

No me puede querer, no sabe nada de mí, y apenas me conoce. La verdad es que no entendía muy bien tantos esfuerzos de Tina por mí, ponerse tan guapa, los regalos, quedarse en casa un sábado esperándome.
Supongo que ella no entiende por qué la escuho durante horas, o por qué siempre tengo un pijama recién lavado en casa para ella, por qué la tapo cuando se queda dormida en el sofá, o por qué le digo que se haga otro porro aunque me muera del sueño.

Y lo de Tina es, porque le encanta cantar Tina Turner.

2 comentarios:

Asexuala dijo...

Yo me kreía ke lo de Tina era porque se parecía a la prota de la serie (como tú dirias XD) Eliej Guorlf XDD, ok, es broma :) XDDDDD
forma parte de mi esquizofrenia y estupidez congénita XDD

lovage dijo...

he pensado que seguramente la gente pensaría eso, bueno la gente no, las bolleras...por eso lo he especificado...

yo pronuncio el inglés que te cagas, cuidadito, eh? juas juas juas

si no fueras esquizofrénica y estúpida serías un rollo de persona :P

lo que sí estás es un poco obsesionada con el XDDD